lunes, 14 de julio de 2008

EL GOLPE PERFECTO






Desde hace unas cuantas semanas se viene hablando de "golpismo". La mención de esta palabra nos remite a experiencias pasadas. Y si bien no está de más recordar y hacer referencia a situaciones del pasado que han sido tan nefastas para el pueblo y la nación misma, es preciso.a nuestro entender, significar esta expresión a nuestra realidad de hoy.
El nacimiento de los golpes de estado en la Argentina, como en el resto del continente, está indisolublemente ligado a la necesidad de desplazar del gobierno, es decir del poder del Estado, a los movimientos populares que vinieron a desarrollar, fuere cual fuere su intensidad y fuerza, proyectos de emancipación nacional que como tales contenían al grueso de la población, y muy especialmente a los sectores que han pagado principalmente los mayores costos de los proyectos liberales dependientes. Este ha sido siempre el objetivo primario de cuanto golpe de estado se ha producido en el transcurso de la historia.
Sin embargo, esta metodología, muy primaria y tosca, tiene por debilidad que no puede ser sostenida en el tiempo pues tarde o temprano se hace patente e irritante para amplios sectores de la sociedad su ilegalidad e ilegitimidad. En la medida de que requiere para su existencia la inexistencia de la democracia y de las instituciones su justificación se desgasta con el tiempo y los proyectos liberales dependientes no pueden consolidar su proyecto predominante.
En ese sentido la usina ideológica política de los sectores liberales antinacionales y antipopulares han evolucionado y desarrollaron en las últimas décadas estrategias más sutiles y más complejas para la concreción de sus objetivos.
En resumen la utopía liberal es instaurar su modelo y desarrollar su proyecto bajo un régimen democrático y con el consenso de mayorías.
Ya hemos presenciado en el pasado reciente una experiencia en ese sentido, que comenzó con el apoyo de algunos sectores, continuó con el apoyo de otros y finalmente, ante los efectos catastróficos para la gran mayoría del país, fue desplazado de la escenca política.
Ese último gran ensayo del neoliberalismo se había perfeccionado con un ingrediente sorpresivo que apelaba a un apuesta con premio doble. Contaba con un gobierno que había llegado al poder mediante el aporte principal del voto peronista, lo cual le daba una legitimidad formal que jamás habían tenido otros proyectos liberales. Pero, quizás más importante, en su eventual fracaso arrastraría al peronismo a un fracaso del que, pensaron, no podría recuperarse. Por una u otra vía se llevarían algún éxito del ensayo. Nos permitimos creer que este último sería estratégicamente el más significativo. De una u otra manera el objetivo de cada ensayo político del liberalismo, incluyendo los sucesivos golpes de estado, ha sido destruir, desarticular al movimiento peronista que históricamente, con herramientas propias, tanto políticas como organizativas, que fue desarrollando a través de las experiencias y las generaciones, se transformó en el principal obstáculo para la consolidación de la entrega y la injustica social.
Hoy asistimos al despliegue de frases, términos, eslogans apelando a la nacionalidad, a la patria, a la democracia, a la justicia social que adoptan con todo cinismo los actuales actores protagónicos del neoliberalismo y que han calado en algunos "confundidos" de otros variados palos de la baraja.
En el día de hoy, lunes 14/07, el diario del colombiano argentino De Narvaez "El cronista" tituló "El gobierno se acerca a su objetivo, retenciones por ley y un país dividido". Si el lenguaje a veces es revelador de verdades ocultas, ese titular es toda una confesión: queda claro que sólo es posible la unidad nacional bajo el proyecto político ecónomico que promueven. Por lo tanto la unidad nacional es un objetivo secundario, subordinado al objetivo sectorial. En una comunidad respetuosa de la conducción política por parte del gobierno elegido lo que se preserva es la unidad nacional subordinando y/o limitando a ello los objetivos sectoriales.
Simultáneamente esos mismos actores, que han apelado a una batería de expresiones sediciosas y discursos totalitarios que hacen gala de su profundo desprecio de las reglas de juego democráticas - cabe recordar el deseo de cerrar el congreso si el resultado no es el esperado, y otros similares - han expresado en reiteradas oportunidades que no albergan la intención de interrumpir el mandato del gobierno.
Creemos que no mienten. Que su proyecto de máxima, otra vez, tal es la fascinación que ese primer ensayo les ha dejado, es transformarse nuevamente en los "dictadores" no expuestos al costo político. Los que deroguen el modelo que con todas las dificultades y debilidades existentes intenta desarrollar el pueblo argentino a través de este gobierno. Los que dicten el modelo excluyente, injusto y antinacional que todos conocemos. Y de paso volver a lastimar y dividir al movimiento peronista.
Sueñan con ese golpe perfecto.
Ricardo Greco

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MATATE RESENTIDO

Anónimo dijo...

ANONIMO!!!! Qué convincente!!!!
¿Te sentiste descubierto? Jajaja
Nos podrán ganar, pero no pueden engañarnos, a pesar de tener a casi toda la prensa "seria" y la TV trucha a favor de Uds.
Borocotizadores de cobosipédos!!!!