sábado, 13 de septiembre de 2008

LA REALIDAD ES LA UNICA VERDAD





En una de sus acostumbradas comunicaciones al Movimiento, durante el año 72, el Gral Perön insertó la frase que da. título a esta nota. El uso de este recurso literario mereció, por parte de analistas políticos “serios” y expertos del idioma, las más variadas e irónicas críticas

Consideraban a la misma como una tautología o carente de cualquier contenido, otros la consideraban como una muestra de la poca cultura o salud mental del General; todo esto expresado en los medios más importantes, que para la ocasión habían flexibilizado la censura que existía, en esas épocas, para tratar temas referidos al Movimiento.



Sin caer en distorsiones oportunistas o reduccionismos caprichosos la frase tiene, desde nuestra visión reminiscencias spinozianas, filósofo que el Gral Perón cita en otras oportunidades. Dejando de lado este abordaje filosófico, para nosotros tuvo y tiene tres significaciones para el análisis político:

La primera es la de tener la realidad de base para cualquier propuesta o tarea política, no se puede fundamentar un accionar en expresiones de deseos o cualquier otro fundamento que no sean estrictamente políticos. Cosas que si no se tienen en cuenta lleve a caer en el delirio. Por otro lado hay quienes utilizan esa frease para justificar su intención de no modificar nada, dado que las posibilidades que ofrece la realidad, no permiten una cosa diferente a la que se realiza -es lo que hay -, y por último la realidad, una vez conocida y aprehendida es el inicio permanente de la realización de cambios en el sentido que se considera justo.

Las tres significaciones de las que hablamos podríamos sintetizarlas en la delirante, la conservadora o reaccionaria y la verdadera.

Cuando asume el Presidente Kirchner, en el Peronismo había un gran entusiasmo por las razonables expectativas que había generado el nuevo Gobierno, pero también es cierto que las Organizaciones populares – todas, no sólo las peronistas- estaban desmovilizadas y faltas de contenidos, por lo tanto era muy difícil llevar políticas de gobierno que tengan como protagonista al Pueblo, única forma de concretarlas y de alcanzar cambios permanentes. Es innegable que cuando asume el Dr. Kirchner no contaba con muchas herramientas para llevar adelante un accionar, en el plano político, muy diferente al que había en esos momentos.

El partido, sobre todo en un distrito decisivo como es Buenos Aires, - aunque en el resto del país era muy parecido – tenía en su conducción dirigentes para los cuáles sus intereses siempre tenían preponderancia sobre los del conjunto, y las necesidades de la gente no eran los objetivos prioritarios para buscarles solución, sino que eran – y son – la base de sus estrategias para mantener un electorado cautivo. Los “punteros” o intendentes, que ante la ausencia de políticas distintas dan la apariencia de ser poderosos o irreemplazables.

El sindicalismo, sus dirigentes, en su mayoría “gordos” – nuevo apodo del vandorismo – que últimamente se desplazan entre una declamada y entusiasta adherencia al Peronismo, cuando necesitan del apoyo del Gobierno o cuando piden prebendas, y un acendrado “profesionalismo”, cuando ese declamado apoyo perjudica algunos de sus intereses o los puede enfrentar con las patronales aliadas.
No hay que olvidar que la mayoría de los “gordos” ocupaban - durante la campaña del 2003- las primeras butacas en el “ tren de los sueños “ que comandaban esos dirigentes, más nefastos, que se dicen peronistas, como son los hermanos Rodríguez Saa: en esas épocas consideraban justa y hasta conveniente la participación en la política de Rico y Patti.

Toda esta situación, someramente descripta, fue denunciada en varias oportunidades por el matrimonio Kirchner, antes y en los comienzos del mandato del ex presidente.

Un Gobierno no puede, a partir de una metodología autoritaria, generar un cambio de las conducciones de ninguna organización de cualquier tipo. Puede investigar delitos o corrupciones de las mismas y en caso de que corresponda destituirlas, pero esto es cuestión político-judicial que muchas veces no trae los beneficios que se piensan.

Como autoridad partidaria, corresponde al ex presidente manejarse con las autoridades existentes, pero si no se promueve una actividad en el partido para acercar a la gran mayoría del peronismo que no participa de la vida diaria de sus Organizaciones, si no se intenta llenar a esas organizaciones con el auténtico contenido y participación popular del peronismo, lo que se hace es favorecer la permanencia de esas burocracias, que cada día demuestran lo negativo de sus conductas. Todo esto vale también para lo gremial.

Es evidente la presión de los medios sobre la opinión pública, para que se piense o se actúe en función de los intereses que representan. Nuestro Movimiento, a pesar de los medios que cuentan las Organizaciones que dicen representarlo – el caso más notorio es el de las Agrupaciones gremiales al frente de sindicatos – ha sido incapaz de poder dar otro tipo de respuestas de manera masiva, esa es tarea de la conducción movimientista, algo que señalábamos en otra nota: “Es momento en que el movimiento genere un mensaje esclarecedor y unificador para que cada uno, luego de incorporar la creatividad que significa una discusión, pueda volcar a la sociedad una posición, sobre todo en aquellas cuestiones que hacen a lo estratégico de los intereses nacionales. Dicho discurso debe ser independiente del ”soporte” – sea gráfico, radial, televisivo o informático – . Porque si no el dueño del soporte es el que determina su existencia.”

Está claro que algo así significa una mayor participación popular, cosa que a la mayoría de los dirigentes no les interesa, de ahí la importancia de lo que puede hacer – imaginamos que así lo desea – la figura más importante que tenemos.

Hasta ahora, pareciera que la única forma de hacer política que se ha propuesto, es aquella que puede llevar el Gobierno, es decir a través de la presidente y los funcionarios. Consideramos, primero, que, si no la acompañan las que tiene que llevar adelante el Movimiento, aquella se vuelve totalmente ineficaz. Por otro lado, para que pueda tener algún valor, esos funcionarios – no sólo deben ser peronistas – deben tener alguna experiencia y compromiso con la política.

Para graficar lo que decimos, es lamentable el desconocimiento de la señora Ocaña y la falta de valoración de aquello que le permite ejercer su cargo. Para la ministra, el Peronismo, el Movimiento, no existen. Basta leer los reportajes en dónde plantea, a su criterio, cuales podrían ser las soluciones de los problemas de la Nación. Esta situación se plantea con la mayoría de nuestros funcionarios.

Un cineasta sueco dijo una vez “Dios es el más pequeño abismo que tiene que cruzar el hombre, porque está dentro de sí “. Para el Movimiento, fundamentalmente para los dirigentes, el nepotismo es ese abismo que está dentro nuestro y se puede solucionar. Hay que recordar que al mismísimo Gral Perón, cuando cometió ese error, le fue mal. En el 55 – según sus palabras “estaba rodeado de alcahuetes y adulones“, o cuando transformó en políticas las relaciones personales con la señora Isabel y López Rega.

En otra oportunidad decíamos: “Sin duda, equipos dónde la base es la amistad, generan grados de confianza que pueden servirles de mucho a quienes están al frente, pero para un Gobierno popular lo fundamental es la fuerza política. Para un Gobierno Peronista su principal apoyo debe ser un Movimiento activo.”, creemos que lo dicho hoy, dadas las circunstancias vividas desde entonces, sigue teniendo vigencia y es aún más necesario. También hay que recordar la ineficacia y el no compromiso de la burocracia gubernamental para hacer frente al ataque del enemigo cuando la fusiladora.

En los últimos actos de apoyo al Gobierno en las plazas de Mayo y del Congreso, lo que se vio es que la mayor parte de los peronistas que nos acercamos a manifestar nuestro apoyo a nuestra presidenta, lo hicimos de manera espontánea, la organizaciones partidarias y sindicales, además de mucha “gorra, bandera y vincha “ y grandes cartelones, aportaron muy poco, y esto se repitió en toda otra manifestación que se hizo. Nuevamente fue el Pueblo Peronista el principal sostén de su Gobierno. El aporte de los demás sectores con nombres raros – transversales, victoriosos, etc. – fue casi inexistente.
Esa es la REALIDAD y es la única VERDAD.-

ERNESTO CANCECO .



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1 comentario:

Luciano dijo...

La verdad es que recién descubro el blog y me parece muy interesante y en líneas generales coincido con las ideas expuestas.
Sobre todo con la necesidad urgente de volver a pensar y concebir al peronismo como movimiento, recuperar su sentido popular historico como aglutinador y movilizador de masas, que para mí es algo que se perdió después de la dictadura del 76, y que hay que volver a instalar en el debate.

Si querés pasa por mi blog, ahí pienso sobre peronismo y otras cosas:

http:/desiertodeideas.blogspot.com/

Saludos, compañeros