sábado, 23 de febrero de 2008

EL VANDORISMO: Una mirada (Primera parte)


El vandorismo fue durante mucho tiempo, sobre todo del ’58 al ’73, según la mayoría de la militancia peronista, la causa o el obstáculo principal que impidió el desarrollo de las posibilidades revolucionarias del peronismo. Para nosotros esto era una sobrevaloración de la capacidad o poder de un grupo de dirigentes entre los cuales Vandor aparecía como su paradigma.

Es indudable que el vandorismo significó la aparición de prácticas sindicales y políticas muy negativas pero consideramos que el error que cometió la militancia peronista fue el de creer que la lucha sindical era la única o por lo menos la más importante que se podía desarrollar durante esos años. Esa creencia dejó de lado otras actividades que hacen al movimiento y que de ninguna manera podían ser obstaculizadas o frenadas por ningún grupo de dirigentes.



El sindicato es una institución del sistema y por lo tanto está limitado por una estructura legal y por el poder político del sistema. Esta categorización no niega la importancia que puede tener el accionar sindical para los trabajadores en cualquier situación en que pueda desarrollarse. Esto dicho desde el punto de vista reivindicativo, organizativo y político. Es innegable el éxito táctico que significó, después del ’55, la recuperación de la conducción de los sindicatos pero nunca esa lucha puede convertirse en estrategia. La única estrategia del peronismo, en todas las circunstancias, es la de desarrollar y fortalecer nuestro movimiento, tarea que nunca puede ser imposibilitada o condicionada por ninguna estructura formal.

Como consecuencia de esa concepción que sobrevaloró el rol de las organizaciones sindicales, conciente o inconcientemente, durante esos años se delegó la conducción del movimiento en los dirigentes gremiales. No existen los sindicatos revolucionarios, no pueden existir sindicatos revolucionarios. Hay posibilidad de cambios cuando los mismos se producen en el conjunto de la comunidad, y ese accionar sólo lo puede llevar a cabo un movimiento como el nuestro, en tanto y en cuanto este tiene presencia y capacidad en todos los espacios sociales.

Es interesante a esta altura referirnos a cómo entendemos la burocracia. Entendemos la misma como la profesionalización de los dirigentes debido a la creciente complejidad de las organizaciones sindicales. Es en este sentido una necesidad organizativa.

Ahora bien, y esto es otra cosa, la “burocratización”, es decir el alejamiento de los dirigentes de sus representados y la prevalencia de sus intereses de grupo por sobre los del conjunto tiene como causa principal la no participación y consecuentemente el no control de los dirigentes por sus representados. Esta no participación puede ser resultado de una actitud voluntaria de los trabajadores o de un accionar conciente y permanente de las conducciones, usando todos los artilugios legales o ilegales para no permitir ningún tipo de participación.

El ejemplo más flagrante de esto fue el accionar de muchos de los dirigentes identificados como “vandoristas” que establecieron alianzas con políticos, empresarios o con las dictaduras de turno para terminar con las personas o grupos que ponían en peligro su permanencia en los sindicatos. Se le negaba la defensa sindical a cualquier trabajador que no respondía a sus intereses, la mayoría de los cuales eran marcados como infiltrados, zurdos, comunistas, etc. – así lo fueran o no -, denuncia que en ciertos momentos significó una delación que le costó la vida social o física a muchos compañeros.

Dejando de lado esas situaciones extremas, la falta de participación de los trabajadores en sus sindicatos es consecuencia de una política del sistema que trabaja para alejarlos de las cuestiones importantes, alienándolos en cuestiones muy secundarias e intrascendentes. Esta práctica del sistema, a través de múltiples medios, sobrepasa la capacidad de respuesta de cualquier conducción sindical por más honesta y bien intencionada que esta sea y sólo puede ser neutralizada por un accionar político integral, que opere en todos los campos de la vida social.

Con esto queremos señalar que en ese entonces existía una expectativa mágica que se sostenía en la idea de que un grupo de dirigentes cuya experiencia sindical y poítica no superaba los cuatro o cinco años, llevara adelante la tarea que le correspondía al conjunto del movimiento. A esos dirigentes sindicales a lo sumo se le podía exigir que no fueran agentes del empresariado y/o de las fuerzas armadas, como muchos lo fueron.

El “vandorismo” es una forma de la corrupción burocrática – grave - , del cual muchas veces se dijo que sólo perseguía intereses económicos personales de un grupo de dirigentes cuyo objetivo fundamental era la permanencia y la acumulación de riquezas. Sin embargo, aunque nunca expresada explícitamente, tenía una clara idea política. Esa idea se sostenía en el convencimiento de que los militares nunca iban a abandonar el poder y por lo tanto la estrategia de vandorismo era el golpe de estado – por eso no creían en el retorno de Perón - , y la herramienta táctica en la que basaban esa estrategia era la huelga general a los gobiernos civiles. Basta ver la conducta demostrada durante la presidencia de Illia y la pasividad ante Onganía. Para el “vandorismo” los partidos políticos eran una competencia, ya que el mismo proponía a los sindicatos como únicos intermediarios entre el pueblo y el poder militar. El “vandorismo” nunca propuso como reivindicación el retorno al estado de derecho y a las instituciones democráticas.

Desde ya que descartamos la pretendida justificación de sus conductas como producto de las tácticas dictadas por Perón desde el exilio. Entendemos que el rol fundamental que jugó Perón fue el de mantener la unidad del movimiento y que más allá de ese rol no podía determinar respuestas a las circunstancias locales y cotidianas de la lucha.

Sin el ánimo de justificar conductas, sino con el afán de desmitificar ciertas afirmaciones, tampoco es verdad el mito de los dirigentes sindicales millonarios de la época del vandorismo, dueños de haras, cabarets, etc. A diferencia de los dirigentes actuales nunca se tuvo evidencias de la fortuna de Vandor, Alonso, Otero, Avelino Fernández o Rosendo García, por citar algunos.

En la nota anterior decíamos que el “vandorismo” era una forma de gorilismo y este consiste, como decíamos anteriormente, en convertir al sindicato en la forma principal de representación del movimiento y subordinarlo políticamente a los intereses de turno con el principal objetivo de asegurar la permanencia de los dirigentes sindicales.

El “vandorismo” no es un fenómeno circunscripto a la persona de Vandor, ni a los dirigentes sindicales y mucho menos a una época. Actualmente persiste en todo el cuerpo social y en todas las tendencias político ideológicas y no solamente bajo el paraguas del peronismo. Tanto es así que un comportamiento político idéntico se ha manifestado en sectores pretendidamente opuestos al “vandorismo” y que lo practicaron de forma tanto o más intensa que aquellos a quienes decían combatir
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Ernesto Canceco

8 comentarios:

El Canilla dijo...

"...la falta de participación de los trabajadores en sus sindicatos es consecuencia de una política del sistema que trabaja para alejarlos de las cuestiones importantes..."

Por ejemplo, que la cuota sindical sea deducida directamente del sueldo y no un aporte voluntario, que se entrega al delegado , momento en el cual puede mirársele a la cara para preguntarle que pasa con la guita, no ? y de paso se hace actividad politico-sindical.

Quien burocratizó a los sindicatos, con este sistema?
Pregunto porque no lo sé.

walter besuzzo dijo...

despues paso aleerlos mas tranquilo pero ya los recomiendo en mi blog ....es porque me gusta el color del blog JA
Viva peron carajo!!!!!

El 4161 dijo...

Canilla:
No recuerdo cuando comenzaron los descuentos compulsivos, creo que antes de 1946 había gremios que habían conseguido esa facilidad.
Este tema es opinable porque el no aporte de los trabajadores debilita al sindicato. También es cierto que en este momento existen formas al alcance de los trabajadores - cajero automático, internet, etc. -, que antes no existían y que facilitarían un aporte voluntario y no compulsivo.
De cualquier manera, el cambio cualitativo, en cuanto al manejo de dinero, por parte de los dirigentes se produce durante el gobierno de Onganía, a partir de la ley de Obras Sociales.
Un abrazo. Te agradecemos el interés.

El 4161 dijo...

Walter:
Esperemos que las ideas te gusten tanto como el color.
Gracias.
un abrazo.

El Canilla dijo...

Con Onganía , a partir de la Ley de las Obras Sociales, quien era el Sec Gral de la CGT ?
Y obviamente que el no aporte debilita al sindicato. Eso exige delegados capacitados y autenticamente involucrados ( comprometidos ) para que el sindicato no se caiga. Por supuesto, con un sindicato comprometido y combativo, no ?

Anónimo dijo...

sabian que el plan de cristinita consiste en fundir con este aumento de retenciones a todo los pequeños y medianos productores ....para que la concentracion de la tierra aumente y quede todo en unas pocas manos de forma tal que sean mas faciles de presionar por el gobierno ante un aumento de precios o un ataque de histeria del duo presidencial....asi que literalmente se cagan en los pequeños porque no les conviene tenerlos...por eso es que tenemos que apoyar la justa protesta de la gente del campo !!

Anónimo dijo...

Anonimo del 25/03: Si la "gente del campo" tuviera tanta adhesión a lo que es "justo" podría contriubuir y haber contribuído a eleminar cuestiones muy negativas que son prácticas habituales en su sector, como lo son la evasión, el trabajo en negro, y hasta el trabajo infantil esclavo!!! Esa es gente que no tienen nada, ni un mísero terrenito para plantar una casa de chapa y cartón!!!, cuando los "señores del campo" producen en chacras cuyas tierras valen mínimo hoy u$s 600.000 (59 Has.x u$s 12000 la ha).
No creo que pueda surgir justicia de quienes a su alrededor mantienen esas condiciones sin decir ni hacer nada.
Si están en contra de la concentración porque no fueron a escrachar a MONSANTO, a NIDERA, CARGILL, etc.
¡¡¡Son mentirosos e hipòcritas!!! ¡¡Todo su discurso está armado para construir una imagen para la gilada que los mira por la tele!!

Anónimo dijo...

Compas, recien los descubro por Artemio y Walter.
Los linkeo a mi biblioteca porque cada post es un libro.
Abrazo.